miércoles, 24 de abril de 2013

Comunidades virtuales y enseñanza a distancia. Un proyecto que abarca a todo el país.


El termino “globalización” viene pisándole los talones a la sociedad desde hace unos cuantos años, pero en este momento - con la colaboración de las nuevas tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) -  encabeza un profunda transformación que nos incumbe a todos. Estamos dentro, quiérase o no, de la “globalización electrónica”[i], que nos envuelve en 3 dimensiones. La educación y el aprendizaje, por supuesto, no quieren ni deben quedarse afuera.







La web 2.0 nos invita hoy a formar comunidades virtuales de aprendizaje, donde la enseñanza es permeable y permite un ida y vuelta, donde los conocimientos, las ideas y hasta las falencias, se comparten, y a romper de alguna manera las estructuras que nos imponen el tiempo y el espacio. Como ya señalaron Cobo y Pardo [ii]  “el proceso de intercambio de conocimientos y experiencias permite a los educandos participar activamente de un aprendizaje colaborativo”. Esta es la clave que oficia de propuesta y que intenta abordar, proyectar y replantearse día a día la Universidad actual, la educación superior es cada vez más responsable en la generación de nuevos conocimientos y que estos puedan ser apropiados por un mayor número de ciudadanos reconsiderando la idea de alfabetización desde otras aristas, incorporando nuevas tecnologías que permitan democratizar la educación y acompañen al país en un proyecto de desarrollo y avances tecnológicos.  Y este es el proyecto en el cual se embarcó hace ya más de 10 años la Universidad Nacional del Litoral (UNL) llevando adelante el Programa de Educación a Distancia (PEaD) que propone extender el acceso a los programas de educación continua llegando a lugares impensados para la educación tradicional.



Para desarrollar esta propuesta la UNL cuenta con una plataforma virtual desplegada en Internet, el Campus Virtual, un espacio destinado al tratamiento de acciones y actividades universitarias basado en la tecnología web y abordado desde una birideccionalidad en el aprendizaje: alumnos y profesores se confunden con el fin de crear nuevos conocimientos. El Campus cuenta con Aulas Virtuales en donde se articulan actividades desde el aprendizaje educativo, la inscripción a materias hasta la gestión financiera, contando con el sustento del Centro Multimedial de Educación a Distancia (CEMED) , una red de Centros de Apoyo distribuida en todo el país y la autogestión de los alumnos. 







Este proyecto nos pone de manifiesto una nueva identidad para el usuario, a los que Fumero[iii] denomina “nativos digitales”, un individuo que ha borrado las fronteras sociales del tiempo y el espacio y se sitúa en una sociedad en permanente cambio, divergente, integradora y globalizada. Entonces el estar conectado, es estar y en esto la Universidad enfrenta un desafío visceral, sumarse a estos nuevos proyectos de “comunidades virtuales”, de conocimiento compartido, de intercambio de ideas, de roles desdibujados, sin que se pierda calidad en el aprendizaje.                                             





Si nos descuidamos este énfasis tecnológico y comunicacional que nos
arrastra y sumerge a todos, no nos daría tiempo a preguntarnos ¿qué es lo que queda en el camino? Porque no quedan dudas que la equidad en las posibilidades de acceder a una educación superior es favorable para cualquier sociedad que quiera desarrollarse, pero ¿qué es lo que queda afuera en estas estructuras de aprendizaje? ¿Se transmiten los mismos conocimientos pero de otra forma? Son interrogantes que todos en cierta medida debemos hacernos al enfrentarnos a estas propuestas educativas. Lo cierto es que el mundo cambia a pasos agigantados, las TIC’s continúan modificando nuestro entorno privado y social, la información se torna masiva y accesible al mismo tiempo que poco confiable y necesitada de orden y depuración, el lenguaje se vuelve multimediático,  ya no sólo estamos globalizados sino también tecnologizados. Todo esto está pasando hoy y a nuestro alrededor. Entonces, no nos queda otra opción, para no quedarnos a mitad de este recorrido por “Telépolis”[iv] (así llama Javier Echeverría a estas nuevas sociedades que se desarrollan en el espacio electrónico) que pensar una universidad publica activa y transversal siendo arte y parte de este entramado social y tecnológico en donde no debería quedarse dando puntada sin hilo.











[i] JAVIER ECHEVERRÍA, Impacto Cultural, Social y Linguistico de las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). OEI, Tres espacios linguisticos, I Coloquio.
[ii] COBO ROMANÍ, CRISTÓBAL; PARDO KUKLINSKI, HUEGO (2007). Planeta Web 2.0 Inteligencia colectiva o medios fast food. Grup de Recerca d’Interaccions Digitals. Barcelona: Universitat de Vic/ Flasco México. 162 pág.
[iii] FUMERO, ANTONIO; ROCA, GENÍS (2007). Web 2.0 [libro en línea]. [Fecha de consulta: 1 de marzo de 2008]. Madrid: Fundación Orange. 136 pág.
[iv] JAVIER ECHEVERRÍA, Telépolis, Barcelona, Destino, 1994.